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Este blog nació sin ninguna pretensión, animada por amigos y conocidos. Me lo hizo en Diciembre de 2008 Eloy, un amigo de mi hermano Nacho.

Como ya vamos a cumplir seis años en unos días, pensé celebrarlo encargándole a María de I felt love, el dibujo de la cabecera.

Es un homenaje a la cocina de carbón de mis abuelos, a Blossom la perra de mi hermano Nacho, que comía todo lo que pillaba en la encimera y me echaban a mí la culpa hasta que un día comió calamares en su tinta y dejó las huellas por toda la cocina y entre que todo el mundo sabe que en mi vida probé un calamar en su tinta y que dejó la prueba del delito ya se creyeron que los otros robos no los había perpetrado yo.

Todas las recetas que hay publicadas las puede hacer cualquiera, si las hago yo, le salen a prácticamente todo el mundo.

Quiero daros las gracias a mis seguidores, a los que ponéis comentarios y a la gente que como Pedro el marido de mi amiga Rosa, cree que cocinando hago un bien a la humanidad.

Espero que os guste el cambio y seguís siendo bienvenidos a mi casa.

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lunes, 5 de noviembre de 2018

GRATINADO DE GUINDAS EN AGUARDIENTE




- 50 guindas en aguardiente
- 50 grs. de azúcar
- 40 grs. de mantequilla
- 3 yemas de huevo
- 100 c.c. de vino albariño o un buen vino blanco
- 150 grs. de nata para montar

Se despepitan las guindas y se ponen en un cazo con un poco del aguardiente, se añade la mantequilla, se da un hervor moviendo el cazo, pero sin revolver, se deja un par de minutos y se retira del fuego.
Se ponen las yemas con el azúcar y el vino en un bol al baño María y se bate hasta que dobla el volumen y queda una mezcla muy espumosa, no debe hervir el agua, tarda más o menos 15 minutos, se deja enfriar.
Se monta la nata batiendo hasta que haga picos, se mezcla con cuidado con las yemas, se colocan las guindas repartidas en en cuencos individuales, se cubre con la mezcla y se mete en la nevera a enfriar.
Se supone que da para 4 cuencos, pero depende del tamaño de los mismos.
La receta original dice que hay que gratinarlos en el horno lo justo para que se dore la superficie ya que la crema tiene que quedar fría. A mí me dan pánico este tipo de postres porque tengo miedo de pasarme de gratinado, o no llegar, así que lo que hago es coger el soplete, echar un poco de azúcar y quemar la crema.

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